Hoy, 7 de julio de 2025, se vive un momento de profunda reflexión para miles de familias hondureñas con la noticia de la no renovación del Estatus de Protección Temporal (TPS) en Estados Unidos.
Según reportes recientes, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció la terminación de esta protección, afectando a aproximadamente 50,000 hondureños, con una posible expiración en 60 días (septiembre 2025) o una extensión automática de 6 meses hasta enero de 2026.
Esta decisión despierta preocupación por el futuro de quienes han construido su vida en EE. UU. En redes y comunidades, se alzan voces hondureñas cargadas de preocupación y esperanza. “Llevo 25 años aquí, mis hijos son estadounidenses, ¿qué será de nosotros?” comparte un padre, reflejando el temor al retorno. Otra persona añade: “Sin TPS, pierdo mi trabajo; ¿cómo apoyo a mi familia?”. Estos testimonios resaltan la necesidad de prepararnos como país durante los próximos 6 meses.
El impacto será significativo. La disminución de remesas, que sostienen a muchas familias, podría afectar la economía nacional. El retorno de personas requerirá apoyo en vivienda, empleo y salud mental.
Es un momento para unir esfuerzos: es necesario priorizar alianzas con sectores clave para mitigar estos efectos, desarrollar programas de reintegración y fomentar oportunidades locales que acojan a quienes regresen.Como sociedad, podemos prepararnos informándonos, apoyando iniciativas comunitarias y siguiendo las actualizaciones.
Este desafío nos invita a fortalecer la resiliencia nacional, asegurando un futuro digno para todos, sin importar dónde hayan vivido. Juntos, podemos enfrentar esta transición con esperanza y solidaridad.
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